Thursday, April 12, 2018

La Respuesta de Dios al Problema del Mal

La Respuesta de Dios al problema del Mal, el Pecado y la Muerte.
Charla No. 4
Ministerio Renacer : Evangelización Dinámica.
Por Padre Jaime

Juan 3:16-21…

Escuchamos en el tema anterior que Cuando Eva se dejó seducir por la serpiente, e indujo a Adan a hacer los mismo, el pecado infectó a la humanidad entera… Las cosa ya no andaban bien. Se rompió la harmonía, se desbarató todo… El mal, el pecado y la muerte entraron en la creación . . .

Que pasó con el hombre y la mujer después de haber desobedecido a su Creador? Los dos se encontraron desnudos; es decir se vieron descubieros. Porque Dios todo los sabe… Y sintieron verguenza y trataron de ocultarse de la mirada de Dios… No querían que Dios los viera. Estaban llenos de verguenza… No podían vivir así… Nosotros no podemos vivir llenos de verguenza… Cuando sientes verguenza te aislas… Te apartas, te separas, te ocultas, no quieres ser visto . . . La verguenza bloquea, corta tu libertad de expresión, tu espontaneidad… La verguenza mata la iniciativa y la creativad…

Después del pecado de nuestros primeros padres, Adan y Eva, que consistió en desobeceder libre y voluntariamente a su Dios su Creador que les había dicho :


Puedes comer de todos los árboles que hay en el jardín, exceptuando únicamente el árbol del conocimiento del bien y del mal. De él no deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte” (Gn 2:16-17).

Dios, el Creador de la humanidad, no se quedó con los brazos cruzados. NO. Porque Dios tiene un interés profundo y verdadero por sus hijos…

La primera reacción-respuesta de Dios a la caida de Adan y Eva la podemos leer en el Proto-Evangelio ( el primer evangelio ) en el cual Dios confronta a la serpiente y establece y promete la solución al problema.

“Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talon” (Gn 3:15).


La Biblia está llena pasajes que declaran la respuesta de Dios al problema del pecado, del mal y de la muerte. En estas charla y en futuras charlas, consideraremos muchos de esos pasajes bíblicos, de entre los cuales Juan 3:16 es el más importante:


"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).


“Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.

La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios'' (Juan 3:16-21).


Dios el Pedagogo, fue preparando el camino para la llegada del Mesías.

Desde el tiempo de los Patriarcas, (Abraham, Moisés, etc.), la epoca de los reyes: Salomón y David, los profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías. Los profetas mayores: Isaías, Jeremías, Libro de las Lamentaciones, Libro de Baruch, Ezequiel, Libro de Daniel. Hasta llegar a Juan el Bautista el Precursor del Mesías que predicó la conversión, el arrepentimiento, la metanoia, que significa hacer penitencia. . . purificarse, enmendarse, cambiar de camino…


En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca».
A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: "Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos" (Mt 3:1-3).

Juan bautizó a Jesús en río Jordan. No porque él necesitaba el bautismo, sino porque él quiso darnos el ejemplo a seguir. . .

“Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección» (Mt 3:16-17).

“Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo” (Mt 17:5).


Dios mismo ratifica, corrobora, confirma, asegura que su Hijo es el Salvador de la humanidad – para que todos veamos en Jesús a nuestro modelo para hablar como él, pensar como él, actuar como él, sentir él, hacer las cosas como él, vivir como él, andar como él, en todo como Jesús . . .

Dios dijo: Escuchenlo…

De ahora en adelante, todos debemos escuchar al Hijo de Dios… Y enseñarnos en caridad, en amabilidad unos a otros a escucharlo a él… Y enseñar a los niños y a los jóvenes a escucharlo…

- Es triste ver que a lo largo de los siglos se ha utilizado la religión para condenar a otros, para pelear unos contra otros… La Biblia no nos pide criticar, o atacar a otros, o condenar a otros, o decir que nosotros estamos bien y los demás está mal. La biblia no nos dice juzgense, ataquense. No. No nos dice eso.

El problema es que hemos aprendido y nos hemos acostumbrado a poner nuestras ansiedades y frustraciones en los hombres, en lugar de poner nuestra nuestra fe y nuestra confianza en Dios.

Los que escuchan a Dios aprenden a confiar en él… Escuchar al Hijo de Dios es una tarea nuestra, que precisa de el ejercicio de nuestra voluntad… Para ser discípulos de Jesús, se necesita tomar la decision de seguirlo a él, ahora y todos los días … No solo por un tiempor, sino durante toda nuestra vida… Siempre.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! (Mt 23:37).

Dios vino para unir, para reunir, para juntar . . . Por medio de este pasaje bíblico Jesús nos dice que él ha venido para reunirnos así como una gallina reune a sus pollitos bajo sus alas; para protegerlos, para darles calor, para darles amor…

“Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21).

Nosotros también debemos meternos bajo las alas de la gallina como pollitos. Cómo podemos hacer esto? Necesitamos meternos a la iglesia para escuchar juntos la Palabra de Dios, para para prufundizar en el conocimiento y entendimiento de la Palabra de Dios, para aprender a vivir como hijos e hijas de Dios. Dios nos ha dado una identidad. Dios nos escogió en su Hijo… Nuestra verdadera identidad es esta: Somos hijos e hijas amados de Dios.

Y nosotros, cómo podemos seguir a Jesús? Caminando hacia a él y con él, invitandolo a caminar con nosotros. Por medio de su Palabra y los sacramentos. De los cuales “El Sacramento de la Eucaristía es la Fuente y cumbre (cima) de la vida Cristiana… (Lumen Gentium 11) En la Eucaristía (que es la Misa) se celebra, se conmemora, se renueva, se ofrece el sacrificio que Dios hizo de su Hijo en la Cruz para la salvación de la humanidad. Por ello es pecado grave faltar a Misa los domingos y días festivos… En el retiro de renacer hay dos charlas dedicadas a las Eucaristía, a la santa Misa; una es: Las Raíces Judías de la Eucaristía y la otra La Eucaristía como Fuente de Santificación.

Dice en la enciclica “la Misión del Redentor,” de San Juan Pablo II:

La misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. A finales del segundo milenio [y a principio del tercer milienio, mis palabras] después de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio. Es el Espíritu Santo quien impulsa a anunciar las grandes obras de Dios:
[San Pablo escribió]:
« Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe: Y ¡ay de mi si no predicara el Evangelio! » (1 Cor 9, 16). [CARTA ENCÍCLICA REDEMPTORIS MISSIO DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II, Introducción, # 1]

“Jesús dijo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí” (Jn 14:6).

Dice en un libro de Taize
“For each man and woman, the search for God involves an element of inner struggle. We are set before a choice that has to be made over and over again; we are asked to choose the light, to choose a life that is one with love.” (Taize, Seek and You Will Find, Questions on the Christian Faith and the Bible. P. 41).

Traducción de google:
"Para cada hombre y mujer, la búsqueda de Dios implica un elemento de lucha interna. Estamos ante una elección que debe hacerse una y otra vez; se nos pide elegir la luz, elegir una vida que sea una con amor ". (Taize, Seek and You Will Find, Questions on the Christian Faith and the Bible. P. 41).

Somos todos llamados a acercanos a Dios, a caminar hacia Dios, guiados por su Palabra, por su Hijo, por su Iglesia, por los sacramentos.

Dice un refrán chino: Un viaje de mil millas comienza con el primer paso… También nosotros podemos escoger, elegir caminar hacía Dios paso a paso…
Todo lo que hacemos en obediencia a Dios, son nuestros pasos para caminar en el camino de Dios.

“Jesús dijo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí” (Jn 14:6).

“Todos andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, y el Señor hizo recaer sobre él las iniquidades de todos nosotros” (Isa 53:6).

“Así habla el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye para tu provecho, el que te guía por el camino que debes seguir” (Isa 48:17).

“Porque el precepto es una lámpara, la enseñanza, una luz, y las reglas de la instrucción, un camino de vida” (Prov 6:23).


El poder de Dios llegó a nosotros en su Hijo que vino para restaurar, para sanar, para liberar, zurcir, remodelar, rehabilitar, ayudar, salvar, redimir, perdonar, para para dar vida nueva… Dios se hizo presente en su Hijo y todos los que creen en él, abrazan la fe, confían en él, lo siguen y lo imitan se hacen uno con él…

Termino con la declaración de la misión de Jesús.

Jesús proclama la llegada del reino de Dios

LUCAS 4:16-21
16 Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.

17 Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:

18 "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos

19 y proclamar un año de gracia del Señor".

20 Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.

21 Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír».

XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C 4 de agosto de 2019 Notas homiléticas preparadas por el p. Jaime Hinojos “El mun...