El Ejercicio llamado Oración
(En el gimnasio espiritual)
XVII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C.
Notas homiléticas por Padre Jaime
Todos podemos aspirar a llegar a ser grandes e la práctica de la oración. Que cada uno encuentre el modo de oración que le ayude a crecer en su vida espiritual: Contemplación, oración verbal, meditación Cristiana, Lectio Divina,Salmodia, El Rosario, cantando alabanzas, adoración. Le pido a Dios que cado uno de nosotros descubra el mejor estilo de oración que se adapte a su persona. Mientras tano te invito para que vengas a meditar las lecturas del Domingo XVII del Tiempo Ordinario, Ciclo C. Abre ti corazón y permite a Dios que te hable en estos pasajes que se leeran el domingo en la Santa Misa en el mundo entero.
El domingo pasado XVI del tiempo ordinario ciclo c, las lecturas trataron el tema de la acción a la oración y de la oración a la acción (Martha y María), o mejor dicho, el llamado que todos los bautziados tenemos para llegar a ser cada vez mejores en harmonizar la acción y la oración; para ser mejores contemplativos en la acción. Para traer la contempación de las cosas celestials a nuestra realidad en la tierra. La oración une al cielo con la tierra.
Como una analogía, podríamos decir que Martha y María viven en la Iglesia y en la sociedad. Hay una Martha y una María en cada uno de nosotros. Jesús elogió a María por haber escogido la mejor parte: Estar con El en contemplación (Cf. Lk 10, 42).
Pregunta para reflexionar: A qué le estoy dedicando más tiempo a la acción o a la contemplación? Necesito hacer ajustes? El ejemplo de María me inpira a buscar momentos cada día para ponerme a los pies del Maestro para contemplarlo, para estar con El, para escucharlo, para amarlo y dejarme amar por El. Cuado visito a Jesús en el Sagrario y me quedo con El un rato, estoy poniendo mi mirada en la cosas del cielo. Este es un tipo de ejercicio spiritual que puedo y debo agreagar a mi rutina diaria de trabajo, estudio, ejercicio físico, descanso, buena alimentación, y por supuesto ir – y esta es otra analogia – al gimnasio espiritual para entrenar mi alma elevando mi mente y mi corazón a las realidades celestiales.
Las lecturas del domingo XVII del tiempo ordinario ciclo c, también nos traen el tema de la oración. Esta vez el tema de la oración de intercesión y de la perseverancia en la oración.
Toma un minuto o dos para leerlas y dime que piensas, qué te parece, que parte de las lecturas te habla más a ti. Pues sabemos que hay pasajes de las escrituras que nos interpelan de modos distintos a cada uno de nosotros. Es cierto, puede haber un hilo común, pero me gustaría escucharte. Animate a expresar tus pensamiento sobre estas lecturas. Claro, tomando en cuanta que lo principal es buscar las unidad y el progreso de la Sociedad. Pero sobre todo tener caridad Cristiana hacia todos. Pues como San Pablo lo afirmó: “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (I Tim 2,4). Dios sabe lo que está pasando en la tierra y se interesa poe nuestro bienestar: “Busca primero el reino de Dios y su justiciar y tod lo demás se te dará en añadidura” (Mat 6, 33).
Estas son las lecturas del Domingo XVII del Tiempo Ordinario Ciclo C.
Primera Lectura[1]
Genesis 18, 20-32
20 Dijo entonces Yavé: «La denuncia contra Sodoma y Gomorra es terrible, y su pecado es grande.
21 Voy a visitarlos, y comprobaré si han actuado según esas denuncias que han llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré.»
22 Los hombres partieron y se dirigieron a Sodoma, mientras Yavé se quedaba de pie delante de Abraham.
23 Se acercó entonces Abraham y le dijo: «¿Es cierto que vas a exterminar al justo junto con el malvado?
24 Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿es cierto que vas a acabar con todos y no perdonar el lugar en atención a esos cincuenta justos?
25 ¡Tú no vas a hacer algo semejante, permitir que el bueno sea tratado igual que el malvado! ¿O es que el juez de toda la tierra no aceptará lo que es justo?»
26 Yavé le dijo: «Si encuentro en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar en atención a ellos.»
27 Abraham volvió a hablar: «Sé que a lo mejor es un atrevimiento hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza,
28 pero si faltan cinco justos para llegar a los cincuenta, ¿destruirás la ciudad por esos cinco que faltan?» Yavé respondió: «No habrá destrucción si encuentro allí cuarenta y cinco hombres justos.»
29 Abraham insistió: «Pero a lo mejor se encuentran allí sólo cuarenta justos.» Yavé contestó: «En atención a esos cuarenta, no lo haré.»
30 Abraham continuó todavía: «No se enoje mi Señor si sigo hablando, pero tal vez no se encuentren más que treinta justos.» Yavé contestó: «No lo haré si encuentro allí treinta justos.»
31 Abraham insistió: «Sé que es una osadía por mi parte hablar así a mi Señor; pero, ¿y si se encuentran allí solamente veinte justos?» Yavé contestó: «No destruiré el lugar, en atención a esos veinte.»
32 Abraham dijo: «Vaya, no se enoje mi Señor, y hablaré por última vez. Puede ser que se encuentren allí sólo diez.» Yavé dijo: «En atención a esos diez, no destruiré la ciudad.»
33 Cuando Yavé terminó de hablar con Abraham se fue, mientras Abraham volvió a su casa.
Salmo Responsorial[2]
Salmo 137, 1-2a. 2bc-3. 6-7ab. 7c-8
R. (3a) Te damos gracias de todo corazón.
De todo corazón te damos gracias,
Señor, porque escuchaste nuestros ruegos.
Te cantaremos delante de tus ángeles,
te adoraremos en tu templo.
Señor, te damos gracias
por tu lealtad y por tu amor:
Siempre que te invocamos, nos oíste
y nos llenaste de valor.
Ese complace el Señor en los humildes
y rechaza al engreído.
En las penas, Señor, me infundes ánimo,
me salvas del furor del enemigo.
Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo
y así concluirás en nosotros tu obra.
Señor, tu amor perdura eternamente;
obra tuya soy, no me abandones.
Segunda Lectura[3]
Colosenses 2, 12-14
12 En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos.
13 Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas.
14 El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz.
Evangelio[4]
Lucas 11, 1-13
01 Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos».
02 El les dijo entonces: «Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino,
03 danos cada día nuestro pan cotidiano;
04 perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación».
05 Jesús agregó: «Supongamos que algunos de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes,
06 porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle",
07 y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos".
08 Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
09 También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
10 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
11 ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?
12 ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
13 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan».